Una vista mortal Tras ser víctima de un ataque nocturno en la calle, decide mudarse a un pequeño y sosegado suburbio. Con su esposo, se compromete a prepararse mejor para su maternidad. La pareja se encara a una fría bienvenida de sus vecinos. Al paso que estas últimas cada vez son más intrusivas, Rachel se ve obligada a suspender el tratamiento de sus ansiedades debido a su embarazo. Hospitalizada tras un sangrado inquietante, se ve obligada a reposar y admite la presencia de su suegra. Ella descubre una discusión entre su vecino, su esposo y la enfermera, mas absolutamente nadie desea creerle…
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