Fleabag y su hermana Claire acuden a regañadientes a un retiro sólo permitido para mujeres en el que no está permitido hablar, por cortesía de su padre. Los días en esta congregación se les hace imposible a ambas, especialmente a Fleabag, que no tiene ningún remordimiento al respecto. Allí, tendrán como vecinos a un taller sólo de hombres cuya terapia es gritar para desahogarse con el género femenino. Fleabag no puede esconder su curiosidad y acude al encuentro de este grupo, descubriendo a un conocido entre los integrantes.
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