Madrugada del cuatro de febrero de 1992. El m\u00e1s estable de los sistemas democr\u00e1ticos de Latinoam\u00e9rica se resquebraj\u00f3 bajo el fuego y el combate. Una noche dif\u00edcil de olvidar que dej\u00f3 profundas huellas y marc\u00f3 el camino que Venezuela vive hoy en d\u00eda. Una parte del ej\u00e9rcito, al mando de un militar golpista, asedi\u00f3 la residencia presidencial con la intenci\u00f3n de tomar el poder por la fuerza. La insurrecci\u00f3n fue sofocada a tiempo y la intentona golpista fracas\u00f3. Pero aquella noche \u201camaneci\u00f3 de golpe\u201d y para nuestros personajes marc\u00f3 un antes y un despu\u00e9s en sus vidas. La rabia, el miedo y la angustia, les rebelaron aspectos de si mismos que hasta ese entonces desconoc\u00edan.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"
Madrugada del cuatro de febrero de 1992. El m\u00e1s estable de los sistemas democr\u00e1ticos de Latinoam\u00e9rica se resquebraj\u00f3 bajo el fuego y el combate. Una noche dif\u00edcil de olvidar que dej\u00f3 profundas huellas y marc\u00f3 el camino que Venezuela vive hoy en d\u00eda. Una parte del ej\u00e9rcito, al mando de un militar golpista, asedi\u00f3 la […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":12203,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[3,10,12,19],"tags":[],"yoast_head":"\n